Se cumplieron cinco meses del cierre de puertas del Salón Los Ángeles por la emergencia sanitaria. En este tiempo la pista de baile ha estado vacía y para soportar la nómina de los 25 empleados que laboran en el lugar, Miguel Nieto, dueño y administrador, ofrece el lugar para otras actividades como bazares o galerías.
“Estamos en contacto con la alcaldía, autoridades del gobierno federal y de la CDMX, para propuestas que ayuden a generar empleos en la colonia Guerrero, porque el salón era una fuente de derrama económica para otros comercios”, dijo Nieto, quien tiene 48 años al frente del lugar y nunca había vivido una situación similar.
Las actividades ajenas al baile empezarán en septiembre, con un bazar organizado por personas que fueron separadas de sus cargos en medios de comunicación, también habrá venta de comida. Otra opción es una exposición virtual de fotografías de Rogelio Cuéllar y Cristina Kahlo, además de un nuevo fotógrafo que toma las instantáneas del salón. Si el semáforo lo permite, después será una muestra física y se venderán las imágenes para obtener ingresos. También desea usar el espacio para conferencias o presentaciones de libros.
“Actualmente nos sostenemos por la campaña de aportaciones que iniciamos para pagar nóminas y los servicios del terreno de 2 mil 300 metros cuadrados, pero estamos en el límite”, mencionó.
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La campaña la lanzaron en redes, invitando a los asiduos del icónico salón a donar desde cien hasta 10 mil pesos, las personas que donen esta última, tendrán una placa conmemorativa en las paredes del recinto. Han recibido cerca de 500 donaciones.
Otros retos
Abrir el salón como espacio de baile o de exposiciones, requiere una infraestructura de sanidad en la que también deben invertir.
Sólo 50 por ciento de las donaciones va para los gastos del salón, la cifra restante es de impuestos.
Tres orquestas tocan el martes y tres más el domingo, cada una con 10 integrantes, cerca de 60 músicos están sin ingresos.
Al abrir, el señor Nieto quiere darle espacio a nuevos ritmos, como en su momento lo hizo con el mambo y el chachachá.
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