Manifestantes incendiaron edificios y vandalizaron buena parte del distrito comercial negro de Kenosha, Wisconsin, en la segunda noche de disturbios provocados por el accionar de la Policía, que el fin de semana hirió de gravedad a un afroamericano, tras dispararle por la espalda en presencia de sus hijos pequeños.
El humo inundó el centro de Kenosha, después de que la Policía con equipo antidisturbios se enfrentara con los manifestantes que desafiaban el toque de queda en la noche del lunes y la mañana de ayer, cerca de donde los oficiales le dispararon a Jacob Blake.
El afroamericano había tratado de poner fin a una pelea entre dos mujeres
Recibió cuatro disparos, por parte de un oficial, frente a sus hijos de 3, 5 y 8 años.
El tiroteo se produjo tres meses después de la muerte de George Floyd.
Los inconformes contra el racismo y la brutalidad policial se reunieron ayer en la noche bajo la misma consigna: “Sin justicia, sin paz”.
Hasta el cierre de esta edición, Blake permanecía en terapia intensiva, tras ser operado, y requeriría más cirugías, dijo a ABC News el abogado que representa a la familia de la víctima. En tanto, su padre dijo al Chicago Sun-Times que el hombre de 29 años quedó paralizado de la cintura para abajo.
También se produjeron enfrentamientos en Portland, Seattle y Mineápolis. En Nueva York manifestantes tomaron el Puente de Brooklyn, según un video publicado en redes sociales.
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